ANSIEDAD
La ansiedad debe entenderse como una respuesta emocional inherente al ser humano frente a diversos estímulos externos o internos. Esta en sí misma no representa una respuesta patológica. La evidencia de una respuesta de ansiedad ligada a un estado patológico se vincula con es desfasaje entre lo acontecido y la respuesta emocional. En general la intensidad de la ansiedad patológica no se condice con un suceso o evento que la explique. El estímulo desencadenante no logra justificar la respuesta de ansiedad. Así, a modo de ejemplo un pensamiento automático sobre la anticipación de un evento futuro negativo puede desencadenar una intensa respuesta de ansiedad a pesar de no presentar evidencia que respalde la veracidad de ese pensamiento.
La ansiedad presenta la característica de ser una emoción orientada a futuro, donde el foco de atención se dirige principalmente a la posibilidad de acontecimientos peligrosos. “La ansiedad es un sistema complejo de respuesta conductual, fisiológica, afectiva y cognitiva (es decir, a modo de amenaza) que se activas al anticipar sucesos o circunstancias que se juzgan como muy aversivas por que se perciben como acontecimientos imprevisibles, incontrolables que potencialmente podrían amenazar los intereses vitales de un individuo” (Aaron Beck. Terapia cognitiva para trastornos de ansiedad).
¿Cómo distinguir la emoción normal de ansiedad frente a la Ansiedad patológica?
En principio como se explicó anteriormente la respuesta de ansiedad es exagerada frente al evento que la desencadena. En términos cognitivos se presenta una interpretación sesgada, una valoración errónea de peligro en una situación que no está justificada por la observación directa o bien que carece de evidencia para justificarla. Esto sucede cuando frente a eventos internos o externos se activan creencias que se manifiestan mediante un procesamiento de información disfuncional, es decir, pensamientos que tienen las características de magnificar el evento, de centrarse en el modo de amenaza y de dejar de tener en consideración las herramientas del sujeto para afrontarla, así como todas aquellas medidas de seguridad presentes en el entorno. En los estados de ansiedad patológico se presenta una visión de túnel o recorte cognitivo donde el sujeto queda centrado únicamente en la amenaza dejando de lado cualquier evidencia que la desmienta.
La ansiedad patológica suele presentar características puntuales en el procesamiento de información: pensamiento anticipatorio, recorte cognitivo, magnificación del evento o pensamiento, pensamiento catastrófico, etc.
La persistencia de la ansiedad es diferente en los estados patológicos. En estos, el individuo queda propenso a sufrir de ansiedad de manera sostenida, generalmente a diario y por muchos años a pesar de no presentarse situaciones de riesgo. La mera anticipación de una posible amenaza a futuro puede ser desencadénate suficiente para la manifestación de Ansiedad elevada.
Otra característica presente en los estados de ansiedad clínicos se relaciona con una baja tolerancia a la incertidumbre. En general el individuo no tolera no tener el control sobre los eventos futuros. La necesidad de control lleva al individuo a circuitos de escalada de ansiedad mediante pensamientos que buscan dar respuesta a las múltiples e infinitas posibilidades que puedan presentarse. Así, mediante pensamientos anticipatorios el sujeto busca controlar la incertidumbre frente a eventos futuros.
En general, en los diversos tipos clínicos de ansiedad se presenta una necesidad excesiva de control sobre eventos futuros. Una de las principales consecuencias que presentan estos estados es que el sujeto queda tomado por sus pensamientos anticipatorios en desmedro de su Aquí y Ahora a la vez que utiliza altos nivel de energía psíquica buscando resolver o dar respuesta a sus pensamientos anticipatorios.
En los tipos clínicos de Ansiedad encontramos una fuerte Intolerancia a los estados de Ansiedad, lo que conlleva conductas de evitación para deshacerse del estado ansioso, así como diversas estrategias de búsqueda de seguridad. Tanto las conductas evitativas como la búsqueda de estrategias de seguridad pueden llevar a un descenso a corto plazo de la ansiedad que llevan al individuo a repetir los patrones de conducta evitativos. A largo plazo la perpetuación de conductas evitativas y búsqueda de seguridad profundizan el cuadro clínico y llevan al individuo a mayores limitaciones y perdida de calidad de vida.
Por Lic. Agustín de Brito